Soy un gran aficionado de la arquitectura de vanguardia y sigo con gran interés le desarrollo de las obras de la biblioteca central del campus de la UPV. El proyecto y la obra es digna de mi admiración por la estética y el concepto arquitectónico hasta que llega la GRAN DECEPCIÓN.
El edificio presume de unir la arquitectura del movimiento moderno con recuerdos a los muros curvos y composición de huecos y salientes de la Iglesia de La Tourette de Le Corbusier, con la planta del centro de convenciones de Lille (denominado Eurolille) icono de la renovación urbana de Lille ciudad situada en el centro económico de Europa y contruido por el Pritzker Rem Koolhaas. Ambos edificios de diferentes decadas presumen de utilizar la vanguardia de la época en todos los conceptos incluídos la accesibilidad a los mismos. La accesibilidad universal.
El edificio está construyendo una escalinata digna de los ayuntamientos e iglesias del siglo pasado y relega a un segundo grado el acceso por las rampas “exclusivos” para las personas con movilidad reducida por los laterales a 40 metros del acceso principal. Es sorprendente que la UPV pase olímpicamente de permitir acceder con la misma dignidad a viandantes y a sillas de ruedas etc.
La geometría me dice que una rampa al 6% con dimensiones de plaza inclinada es perfectamente factible para semejante edificio, donde quedaría integrado perfectamente. Recuerdo el edificio del mismo Rem Koolhaas (Educatorium) en la Universidad de Roterdam donde el acceso principal es una rampa- calle. Ejemplos europeos mil. En Gipuzcoa otra gran oportunidad perdida.
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