CONTEXTO

Publicado en el Pais el 27 de febrero de 1999

"Sin especulación

Chillida ya lo ha advertido en más de una ocasión y ahora se lo exige al Gobierno canario: quiere garantías de que el entorno natural que le cautivó no sea pasto de operaciones especulativas. El artista no quiere construcciones de edificios, ni hoteles ni urbanizaciones o aparcamientos que alteren el espíritu de su obra, en un paraje donde existe una inmensa pradera y un acantilado. Pero no sólo en el presente. Ha impuesto también al Ejecutivo insular que garantice a sus herederos que el día de mañana no se adulterará el uso de este espacio.

La dirección técnica del Tindaya, cuyo coste alcanza los 8.500 millones de pesetas, correrá a cargo del ingeniero José Antonio Fernández Ordóñez. Es un monumento nacido desde y para la naturaleza, según ha manifestado Chillida en diferentes ocasiones. El hueco que se abrirá en la montaña medirá 505050 metros. Promete conseguir que quien penetre en su interior "se sienta pequeño" en la inmensidad del lugar, que se dé cuenta "de que es hermano de todos los hombres".

OPINION

Escribo ésto el 10 de Febreo de 2011. Han pasado 12 años y reflotan el polémico proyecto que ya ni siquiera necesita autor. Simplemente la maquinaria se ha puesto en marcha con otro maquinista y el autor de la obra se ha convertido en ideologo de la propuesta de monumento.

Creo que si el autor de la obra o ideologo no está presente LA OBRA NO TIENE SENTIDO. Imagino que el vaciado se pone en marcha y por causa imprevistas hay que modificar la idea original. Quien decide la modificación? El técnico autor del proyecto técnico? La familia del autor de la IDEA? El cabildo?

Está asegurado el futuro del entorno de Tindaya, para que no se convierta en un producto expeculativo? Quien era Chillida para exigir proteger su obra, cuando él mismo no veía protegible el mismo monte objeto de su obra?

 Yo soy de la opinión que se juntaron el hambre con las ganas de comerse a esta montaña. El artista buscaba una montaña para crear la obra cumbre de su vida, y el Cabildo Insular un argumento de peso para vaciarla sin sospecha alguna de explotación de cantera en territorio que por sus valores culturales y paisajisticos, podría convertirse en espacio protegido sin mucho esfuerzo burocrático.

Esta será la una cantera de diseño. De diseño de autor. De autor reconcido mundialmente. De un autor que exige para su obra, el respeto que no tiene para el objeto de su obra. La naturaleza. El medio ambiente. El paisaje. Sus habitantes. A costa de encumbrarse aún más como el mas grande.

Su antes crítico y compatriota escultor vasco Jorge Oteiza realizó un ejercicio de vanidad muchisimo más util y sostenible para el entorno cultural y paisajístico. Decidió que él ya había llegado a su plenitud y decidió investigar. Escribir. Pensar. Filosofar. Subió un peldaño de su necesidad en lo material. Subió al olimpo de las ideas. Y creció aún mas. Su laboratorio de tizas es mi gran argumento para decir que una obra de arte no necesíta romper ninguna montaña, ni gastar miles de millones de euros para imaginarnos su grandiosidad.

Con la tecnología 3d y un cine tridimensional, podemos disfrutar del proyecto virtualmente, haciendonos idea de su escala. Sin movernos de nuestra ciudad. Y si quieres con una simulación del las condiciones lumínicas del lugar elegido por el autor. Lo podrían representar en el mismo chillida leku!

No vacien la montaña. Aunque solo sea por respeto al autor.